SANTO DOMINGO.– Un especialista instó este jueves a la población experimentar con mayor frecuencia emociones positivas, desde el optimismo y la gratitud hasta el amor, la risa y otras experiencias alegres, puesto que estas podrían reducir de forma drástica enfermedades cardiovasculares e inclusive agregar años a la vida de las personas.

En el artículo “Emociones positivas vs estrés, enfermedad y envejecimiento”, publicado por El Nuevo Diario, el doctor Roberto Fernández de Castro, citó una investigación, en la que participaron 5,100 adultos, del Health Behavior and Police Review, de 2015, en la que también se estableció “que las personas más optimistas tienen el doble de probabilidades de tener una salud cardiovascular ideal, en comparación con aquellas que son pesimistas”.

“En una revisión de la relación entre afectos positivos y procesos biológicos, varios autores coinciden en que los afectos positivos se asocian con la atenuación de la actividad adrenérgica y aumento del tono parasimpático, disminución de los niveles de cortisol, mejoría del sistema inmune y disminución de la actividad inflamatoria”, manifestó el especialista.

Agregó que “la risa es una clara manifestación de un estado emocional positivo, mejora la función endotelial por la producción de beta-endorfinas que aumentan la producción de óxido nítrico y tienen efecto anti inflamatorio, transmitiendo modos de solidaridad social positiva”.

Ante la pregunta de porqué los seres humanos envejecen y se enferman, Fernández indica que “parece ser que la clave está en unas estructuras llamadas telómeros ubicadas en los extremos de los cromosomas cuya función es de protección contra cualquier daño”.

“Su acortamiento es el sello distintivo del envejecimiento de los mamíferos, que puede ser la expresión del estrés crónico y puede conducir a numerosas disfunciones metabólicas, como resultado de la disminución de la enzima que la produce: la telomerasa”, indicó.

“Una gran cantidad de evidencia sugiere que los telómeros más cortos son rasgos distintivos para patologías como la diabetes mellitus, las enfermedades cardiovasculares o trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer”, sostuvo.

Asimismo, indicó que resultados favorables han sido observados en poblaciones con hábitos saludables: dieta mediterránea, con pocos hábitos tóxicos, con alta actividad física, con niveles elevados de cohesión social, solidaridad y altruismo, así como también en grupos religiosos y de colectivos de auto ayuda y motivación, como los alcohólicos anónimos.

“Todas estas situaciones aumentan la actividad de la telomerasa, y alargando los telómeros prolongamos nuestras vidas, nos mantenemos más saludables y envejecemos más lentamente”, concluye el especialista.

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