Por: José Antonio Matos Peña

Las elecciones del año 1960, 20 de diciembre, cerraron con una votación porcentual, de 59.53%; en ellas quedó electo el profesor Juan Bosch como presidente constitucional de la República, como vicepresidente de la República el doctor Segundo Armando Gonzáles Tamayo y en la provincia Bahoruco, el señor Néstor Matos, nuestro padre, como senador, junto a los Diputados oriundos ambos de Jaragua, Tutí y Reyes Sarín, ambos de Jaragua, como oriundo,  el senador, lo fueron porque la asamblea los aclamó, junto a un importante ciudadano de Neiba, fundador también del PRD, Partido Revolucionario Dominicano no aceptó la nominación a la segunda diputación, como se estilaba en aquellas reglamentaciones electorales, pasando a cubrir la candidatura a el suplente a segundo diputado, el señor Sarín, quedando electo en las elecciones generales, debido al alto porcentaje obtenido por el PRD.

Estas elecciones, las primeras después de la caída a más de un año antes de la tiranía de Trujillo, decapitada el 30 de mayo 1961, son considerada las más democráticas de nuestra época y generadora del gobierno más democrático, con principios generales de educación, honestidad y de respeto constitucional; creador junto a su congreso, de la constitución más visionaria y correcta de nuestra existencia, cuya base fundamenta fue la justicia social, por esas condiciones, se generó el mayor conflicto Bélico, el del 1965, 24 de abril, cuyo lema fundamental lo fue la vuelta a la constitucionalidad sin elecciones, por lo que tres días después fuimos invadidos por tropas extranjeras encabezadas e introducidas por los Estados Unidos de Norteamérica, constituidas por 42 mil marines, porta aviones, tanques y francotidadores y demás aparatos de hostilidades, resistidos con estoicismo por el pueblo dominicano, encabezados por el inmenso coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

La provincia Bahoruco dijo presente en el grave conflicto bélico, encabezada por su senador y diputados, los cuales, además de permanecer cuatro meses y 22 días en la zona capital, fueron parte de la asamblea nacional que designó al coronel Caamaño como presidente constitucional de la república, previa renuncial del mismo, a su condición de militar, como lo ordenaba nuestra constitución.

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