Como ley oferta=demanda hemos conocido de por vida, los efectos de la interacción social del oferente y el que demanda, bienes ó servicios; por ejemplo, si es batata, y el que la ofrece la  tiene en abundancias, es decir, mucha batata y pocos interesados, deprimen el precio de efectiva venta, mientras que si al momento de vender,  existe más demanda del comprador que batata, el precio se dispara hacia arriba, vendiéndose el producto, al precio que diga el propietario.

Es lo mismo ocurrido en el relato popular del sur dominicano, cuando narra, la pobre señora apodada Tota; la señora salió de Neiba al mercado de la Descubierta a vender unas habichuelas, encontrando el público consumidor en minoría, por tanto, el precio en el suelo, cuando en la larga espera de clientes, se armó un pleito en el que por mala suerte se le pegó un garrotazo en la cabeza que hizo que se le interne para la cura, mientras, por el desorden, las mercancías fueron guardadas para el otro día, cuando Tota, recuperada, al frente de su negocio encontró una gran demanda, con la que vendió a alto precio sus Habichuelas.

Hemos querido hacer este análisis, trivial y sencillo, como lo entendemos, al estilo el profesor Juan Bosch y Gaviño, una verdad que algunos entendidos de la política de la oposición actual dominicana no dan por conocida; refiriéndonos de  inmediato, a productos del consumo popular de nuestro país, huevos, pollos, plátanos, Guineos, etcétera, mejorados en su producción por esta gestión de gobierno y del ministerio de agricultura dominicano, los que a pesar de ser mejorados importantemente, no se llegan a vender al precio que muchos quisiéramos, razones? La famosa ley ya referida, primero, crisis de pandemia, mundial y local, un estado recibido, calamitoso por demás, segundo, crisis mundial y consecuencias de la guerra Rusia=Ucrania, junto a las inclemencias del tiempo, tercero, aumento de los consumidores, comenzando por la recuperación de la economía, con el cambio procurado por el presidente Abinader en la política social, inyectándole recursos en tarjetas, por tanto en efectivo, con eso, multiplicando su nivel de capacidad de compras.

A esos nuevos elementos de consumo podemos agregar los millones, cerca de ocho en oportunidades, de turistas atraídos por la excelente gestión de gobierno, los cuales consumen en el territorio, por lo menos en su gran mayoría, sumémosles, para no extender el recuento, los 4, 5 ó 10 millones de ciudadanos Haitianos que desde su patria ó desde la nuestra aumentan la demanda de bienes, servicios, y entre ellos, el costoso factor salud.

Los que nos toca vivir en zona fronteriza, ó en su defecto, de amortiguamiento, si se quiere, con manos vacías de allá para acá, y llenas en sus  regresos. Todo lo referido no lo hacemos con ánimo de Sacaliñar nada, como se expresa el sureño, no, es para indicar que a pesar de esta realidad, el sistema productivo que encabeza nuestro presidente Abinader y su equipo de gobierno ha sido efectivo y suficiente para evitar largas escaladas de precios por efecto general, como en otros países, además de  mantener el abastecimiento y asegurar un aumento sostenido en la producción, esa es la verdad…

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