OPINIÓN: Formación Docente en el Avance de los Procesos de Enseñanza y Aprendizaje en los Estudiantes

Por: Yaquelín Díaz Encarnación

Es evidente la importancia de la formación continua de los docentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes. Los maestros deben priorizar su preparación, tanto personal como profesional, para poder cumplir con los paradigmas en el aula. Es trascendental que los docentes se motiven por su formación continua, investiguen y aprendan sobre las innovaciones educativas, tanto en República Dominicana como en otros países.

Con estos conocimientos, los maestros pueden innovar, cambiar estrategias, hacer comparaciones y adaptar su forma de enseñar para lograr un aprendizaje significativo en los estudiantes. Detrás de un maestro preparado y competente hay estudiantes empoderados y con un aprendizaje significativo.

En primer lugar, se necesitan docentes empoderados que hagan suyo el proceso de enseñanza y aprendizaje para poder lograr los resultados esperados: estudiantes competentes, líderes, empoderados, democráticos y participativos en la sociedad. Así mismo, la formación de los maestros influye directamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, por lo que se les exhorta a continuar formándose lo más posible.

De hecho, engloba todas las políticas y procedimientos enfocados en preparar a los profesores para que puedan adquirir los conocimientos, actitudes y habilidades necesarios para desarrollar de manera eficaz su labor en el aula y la comunidad escolar. Además, se refiere al trayecto que recorren los profesores desde que comienzan a estudiar la carrera de Educación hasta el día en que se jubilan, incluyendo la formación de postgrado, desde seminarios y cursos hasta programas de máster o doctorado en Educación.

En segundo lugar, la formación docente es tan importante para la calidad del proceso educativo y la sociedad en general que la UNESCO llegó a indicar que «si el docente no cambia, no podrán hacerse cambios relevantes en los procesos educativos para que estos sean conforme a la necesidad que se genera de las demandas sociales». En lo que respecta a la formación permanente del profesorado permite a los docentes desarrollar sus competencias educativas, apropiarse de las herramientas didácticas para ejercer su trabajo en las aulas y adquirir el conocimiento necesario para comprender mejor tanto cómo se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje como las características psicológicas de los estudiantes. Es por esto que, deben seguir formándose a lo largo de la vida no solo les ayuda a crecer profesionalmente, sino que impacta de manera positiva en la calidad educativa.

Por otro lado, según la Real Academia de la Lengua, la enseñanza es entendida como el sistema y método de dar instrucción de un conjunto de conocimientos, principios o ideas. «Enseñar no es transferir conocimientos sino crear las condiciones para su producción o construcción» (Paulo Freire – Pedagogía de la Autonomía) y María Montessori (1870 – 1952) entendía que el aprendizaje del niño o de la niña debe ir acorde con sus necesidades de desarrollo personal. Por ello, su metodología está basada en el propio autodescubrimiento del alumno a través del juego, la imaginación, la concentración o la colaboración con sus compañeros.

Finalmente, un estudiante es aquel sujeto, ya sea niño, joven o adulto que, dentro del ámbito académico, tiene por ocupación principal estudiar. En lo referente, se trata de una persona que se dedica a la comprensión profunda de diferentes temas que pueden servirle en el futuro, comenzando con temas básicos, hasta algunos más avanzados.

La autora es licenciada en Educación Básica (UASD), Máster en Gestión de Centros Educativos (UASD), reside en Neiba, provincia Bahoruco.